viernes, 3 de agosto de 2007

Edward Hopper, realismo entre la luz y la sombra



Edward Hopper es considerado como uno de los grandes artistas representativos de la pintura Estadounidense, durante sus más de 85 años de vida se convirtió en icono representativo del realismo plasmando en sus obras la cotidianidad y la vida algo lúgubre de una ciudad como la Nueva York de la primera mitad del siglo pasado.

Desde sus inicios Edward Hopper empezó a mostrar grandes fascinaciones por el ordenamiento natural y puro que las obras debían contener y sobre todo romper con el hilo de lo tradicional y recatado de la pintura norteamericana de aquellos años.
Al tener experiencias fascinantes por toda Europa, Edward Hopper se empapo con los más grandes y profundos pintores de la época lo que le ayudaron a contribuir en el desarrollo de sus grandes capacidades como pintor y lo que según él formaron y forjaron poco a poco un estilo propio de pintura.

A medida que fue empezando, la pintura fue desarrollando formas que resaltaban la realidad de cualquier ambiente de Nueva York. Uno de los principales aportes que hace este gran pintor y que creo yo es su punto máximo de desarrollo es el de la perfecta combinación de la luz y las sombras que le dan a sus obras un tono fotográfico ya que en ellas dejó plasmadas las diferentes circunstancias que podía presentar una persona en su diario andar por la vida.

Otro aspecto que llama mucho la atención es el manejo de dos caras que se ven representadas en la lucidez del entorno en los que se desarrollan las obras y la frialdad con la que aparecen la mayoría de sus personajes lo que genera un enfrentamiento entre los dos protagonistas.

“En una de sus Obras mas representativas llamada Nighthawks en el que se representa al café Phillies de la ciudad de Nueva York[1]” en la que parece que los personajes estuvieran muertos en vida, esta misma obra sepuede llegar a pensar sin llegar a caer el error pudo ser utilizada en un capitulo de la serie norteamericana “The Simpsons” para recrear una oscura cafetería en donde uno de sus personajes (Barney Gumble) se hunde entre un café y el licor en una solitaria calle del centro de la ciudad de “Springfield”.

Con lo anterior se recalca que estas formas de retratar la vida de Edward Hopper han simbolizado para mi gusto una posible realidad muerta entre las sombras y la luz en las que se podría definir a una sociedad estadounidense de la primera parte del siglo XX hundida en la soledad y en la desaparición de su gente o quizá un retrato que pronosticó la sociedad norteamericana actual.


[1] Tomado de http://images.google.com.co/imgres?imgurl=http://www.aeroplastics.net/Cedric_Tanguy/2/Portrait_Hopper.jpg&imgrefurl

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